En un cementerio lejano el búho cantaba con el viento fuerte y la luna llena, donde los murciélagos volaban, las arañas trepaban, los perros aullaban y los gatos se peleaban, salieron cuatro esqueletos y todos se asustaron y salieron del cementerio corriendo. Esos esqueletos bailaron y tocaron instrumentos toda la noche hasta que amaneció y volvieron a sus rumbas para poder bailar todas las noches siguentes.
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